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2.2 Alcalá en el siglo XIII

aquella batalla, envio hastecer los castillos de I7ejer e de Medina Sidonia e Alcalá de los Gazules, e él óvose de tornarpara Sevilla ~. Por fin, en el otoño de 1285 se llegó a una tregua de cinco años, pagando el rey benimerín a Sancho IV «dos cuentos e medio» de maravedíes ~. Casi inmediatamente, en diciembre del mismo año, Sancho IV adopté una medida similar ala que llevó a cabo su padre en 1279: reforzarla primera línea de choque frente a los benimerines, formada por Vejer, Alcalá y Medina, cediéndola en bloque a la Orden de Santiago ~ Además, con esta donación el nuevo rey castellano recompensaba la decisiva ayuda que meses antes le había prestado la Orden de Santiago, con su maestre don Pedro Fernández de Mata a la cabeza, para romper el cerco que habían conseguido imponer los benimerines sobre Jerez 37. En el privilegio de donación, el rey de Castilla sólo se reservaba la moneda forera ejusticia, sy la ellos nofizieren, e mineras, ya que se cedía a la orden santiaguista, no sólo las tradicionales atribuciones territoriales y jurisdiccionales, sino también derechos que solían pertenecer a la Corona, como los derivados de los puertos de mar, las salidas o el patronato regio sobre las iglesias. En el documento se menciona también la creación de un convento en Alcalá y otro en Medina. El triángulo formado por las tres localidades, en la-avanzada de las defensas cristianas frente a Tarifa, Algeciras y Ronda, quedaba así coordinado bajo un mismo mando, cuya primera tarea sería la de fortalecer la repoblación, aprovechando la tregua vigente ~. Pero como ocurrto con la donación de Alfonso X, la de Sancho IV a la Orden de Santiago no se consolidé, debido a causas poco conocidas, pues a los pocos años las villas habían vuelto al realengo: en 1288 se efectué el primer repartimiento de tierras en Vejer por orden del rey, sin mencionar para nada a los caballeros santiaguistas, y lo mismo ocurre con la documentación de Medina Sidonia en los mismos años ~. R. Sánchez Saus considera la incidencia de varios factores para explicar el fracaso de las Ordenes Militares, y especialmente el abandono por parte de la de Santiago del proyecto de repoblación y defensa de la línea Vejer-Medina-Alcalá 4t5 Militares, tras la creación de las encomiendas de Morón, Osuna y Estepa, hacia la campiña sevillana. — La mayor eficacia y dinamismo mostrados, tanto en la defensa como en la repoblación de una zona inmediata al área de desembarco mariní, por el señorío laico, encarnado en figura tan excepcional como Alfonso Pérez de Guzmán. La mayor preocupación de las Ordenes Militares por la política interna del reino y por sus propios problemas institucionales. — Por último, es posible que instituciones tan poderosas como las Ordenes Militares enajenasen sus donadíos, faltas de un verdadero interés por unas tierras peligrosas y de escasa rentabilidad económica, por el mismo hecho de la falta de población. Al finalizar la tregua de 1291 se volvió a la guerra entre castellanos y marroquíes, pero en esta ocasión Sancho IV consiguió tomar una de las principales bases meriníes con la conquista de Tarifa, plaza clave en los desembarcos de los invasores africanos. Sancho IV contó en esta campaña con la alianza del rey de Granada, que a su vez tomó a los meriníes la plaza de Estepona. Sin embargo, la negativa del castellano a entregar al rey nazarí la recién conquistada Tarifa produjo una inversión de alianzas, con el acercamiento de granadinos y benimerines, que pronto se tradujo en el asedio que ambos ejércitos musulmanes sometieron en 1294 a Tarifa, cuya defensát había sido confiad-aa Alfonso Pérez de Guzmán 41 Inmediatamente, el rey castellano reaccionó organizando una flota para socorrer a Tarifa y reforzando el sistema defensivo y de abastecimiento de la frontera terrestre. Las cuentas de estas campañas de Sancho IV de 1294 se han conservado y han sido editadas por M. Gaibrois de Ballesteros 42; gracias a ellas podemos precisar la importancia de Alcalá en la organización defensiva de la zona del Estrecho. Los gastos destinados a la defensa de la frontera terrestre se elevaron en 1294 a 222Á326 maravedíes, de los cuales algo más de la quinta parte, 45170 maravedíes exactamente, correspondieron a Alcalá de los O-azules. Las villas vecinas de Arcos, Vejer y Medina Sidonia recibieron respectivamente 40.900, 36.664 y 23.352 maravedíes “a. La cantidad destinada a Alcalá se desglosa en las siguientes partidas: — Tenencia de don Alfonso Pérez Maravedíez 10.000 — Los tres jefes de los setenta peones 27.280 — Velas, montaraces, porteros, atalayadores 5.400 — Un requeridor 3.240 — Otros peones que cabalgarían fuera de la villa 250 Total 45.170 A esta cantidad habría que añadir los 3.000 maravedíes invertidos en la fábrica del castillo de Alcalá ~ Otro capítulo importante de gastos lo supuso el abastecimiento de la villa y castillo de Alcalá, realizado desde Jerez, consistente en 170 cahices de pan —150 para almacén y 20 para el concejo—, que en poco más de dos meses transportaron ocho recuas ~ En definitiva, todas estas cifras ponen de manifiesto la importancia estratégica que Alcalá de los Gazules tenía como punto avanzado en la línea fronteriza castellana, y más aún desde la conquista de Tarifa. La ocupación de Tarifa por los castellanos, uno de los principales jalones en la llamada «batalla del Estrecho», significó un considerable aumento de la seguridad para Vejer y su tierra, como lo evidencia el segundo repartimiento efectuado en 1293 46, pero no ocurrió lo mismo para los términos de Medina Sidonia y, sobre todo, de Alcalá, que seguirían siendo directamente fronterizos con las posiciones musulmanes 47 hasta las conquistas de Jimena y Castellar ya en el siglo xv y, especialmente, de la serranía dc Ronda hacia 1485 ~.

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