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LA TRIBU BERÉBER DE LOS GAZULES EN LA TOPONIMIA HISPANICA  

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M.ª Jesús RUBIERA MATA

Universidad de Alicante

Alcalá de los Gazules no es solamente un bellísimo pueblo gaditano sino que tiene un eufónico nombre que parece evocar los versos del romancero. Sin embargo aún no ha sido identificado su nombre árabe -sin duda fue una qal `a o castillo- entre las diversas fortalezas de la comarca de Sidonia o de Algeciras [1]. Por desgracia la única identificación de una "Alcalá" como la de los Gazules, realizada por Huici Miranda en el Rawd al-Qirtâs [2], es errónea como demostró muy fehacientemente Don Elías Terés, pues se trata de Alcalá de Guadaira [3]. Pero si en los textos árabes aparecen qal `a-s que podrían ser la de los Gazules, en ningún momento aparecen relacionados con ellas estos beréberes. Hemos de precisar que pensamos que los Gazules del topónimo gaditano son los miembros de la tribu beréber Yazûla [4], ya que este nombre, antes de normalizarse con esta grafía en árabe, aparece como Qazûla y Kazûla, lo que permite perfectamente esta etimología.



La utilización de la toponimia como fuente para el estudio de la instalación de los beréberes en al-Andalus fue un gran hallazgo metodológico de Pierre Guichard [5], aunque ofrecía y ofrece un problema importante: la toponimia de los textos hispánicos no musulmanes nos muestra una ucronía respecto al período musulmán, ya que puede haber nacido en cualquier momento de la historia de al-Andalus. Su ausencia en las fuentes árabes puede ser un indicio de un asentamiento tardío y como tal nos referimos a la época almorávide y almohade, cuando los beréberes jugaron un papel muy importante, ya que las dos dinastías tenían este origen étnico.

De esta forma la favorable circunstancia de una referencia en una crónica literaria árabe, nos permite, en estas páginas, dar una explicación plausible a la presencia de los gazules en Alcalá y en otros lugares de al-Andalus.

En el año 1994 Muhammad Bencherifa publicó un muy interesante libro sobre la vida y la obra de un autor andalusí hasta entonces poco conocido, Ibn Mugâwir de Játiva [6], con la edición de sus obras hasta ahora inéditas. Aunque sin lugar a dudas la obra de Ibn Mugâwir (502-58711108-9-1191) ofrece muchos puntos de interés, puesto que el autor vivió en el Šarq al-Andalus en época de lbn Mardanîš y de la reestructuración política y administrativa almohade.

En el año 570/1174-75 estaba al servicio del gobernador almohade de Valencia, el sayyid Abû l-Rabî ´a ibn `Abd Allâh ibn `Abd al-Mu'min y con él se trasladó a Sevilla donde se encontraba el califa Yûsuf ibn `Abd al-Mu'min, pero los asuntos cortesanos se prolongaron durante mucho tiempo e Ibn Mugâwir sentía nostalgia de su tierra Játiva y de su familia, por lo que pidió permiso a Abû l-Rabî ´a para regresar, permiso que le fue concedido, y salió de Sevilla el lunes 12 del mes de Rabi` al âjir del año 571/jueves 30 de octubre de 1175 [7]. Más tarde escribió una epístola, relatando etapa por etapa su viaje [8]. El texto es muy interesante y merece seguramente su traducción al español, pero en estas páginas sólo nos referiremos al tema ya anunciado de los gazules.

La primera etapa de Ibn Mugâwir desde Sevilla es a Mayrâna , que BenCherifa ha identificado con Mairena del Alcor. Desde allí se dirige a Osuna. La etapa siguiente es la más complicada respecto a la identificación de los topónimos ya que pasa por un Wâdî t tîn , un "Guadatin", que no está documentado en esa zona [9] Tal vez sea el hoy conocido como Arroyo Blanco. Aún es más enigmático el lugar que denomina Fayy al-Masâlib (¿desfiladero de las cruces?). También atraviesa la Sajrat al-`Uššâq , es decir la Peña de los Enamorados, el desfiladero donde en él año 1424, Rodrigo Narváez, gobernador de Antequera, infligió una derrota a los granadinos de Archidona y en 1435, el adelantado Sotomayor y su ejército fue, a su vez, derrotado por los granadinos [10]. La etapa acaba en Loja, desde donde el camino toma referencias conocidas. La siguiente etapa es Granada y de ella a Wadd (Huétor-Santillán).

Nuestro autor toma entonces la ruta de la antigua Via Augusta que unía Cádiz con Roma, de plena vigencia en época árabe y que comunicaba Andalucía con el Levante [11]. Llega a Guadix y sigue a Baza. Hace etapa, tras la antigua Basta , en Kûliya (Cúllar Baza), siguiendo el itinerario señalado por al-Idrîsi entre Granada y Murcia [12)]. Vélez (Blanco o Rubio), Lorca, Alhama, Librilla, Qantara Iškâb (Alcantarilla) y Murcia. Ibn Mugâwir, al acercarse al Levante comienza a quejarse de la lluvia y el barro por lo que cabe suponer que aquel otoño de 1175 fue particularmente lluvioso. La siguiente posada la realiza en Orihuela y a continuación viene el relato que nos interesa especialmente.

Desde Orihuela se dirige hacia Elche y se encuentra con un terrible barrizal donde tanto él como sus compañeros tienen enormes dificultades para avanzar -posiblemente el río Vinalopó se había desbordado, produciendo este desastre habitual durante siglos hasta su muy reciente canalización-, por lo que en vez de llegar a Elche se desviaron hacia Crevillente, donde encontraron el camino empedrado o calzada, librándose de la trampa del fango, aunque su miedo no decreció porque se encontraron con:

"[...] las tiendas levantadas de los gazules (qibâb Y azûla ), que parecían trampas dispuestas después de que sus habitantes hubiesen partido [...]" [13] y no se sintieron tranquilos hasta llegar al recinto (yafn) de Crevillente. El miedo a los gazules continuó en la siguiente etapa del viaje que terminó en Petrer, donde la pequeña caravana de Ibn Mugâwir fue muy mal acogida, porque los habitantes de Petrer "[...] avisados de la presencia de los gazules creyeron que nosotros éramos su avanzadilla y, al ver mi montura y su aparejo, creyeron que yo era su jefe, nos echaron los perros, cerraron sus puertas y no nos habló ninguno sino a través de la puertas ó de las cortinas, temiendo que llevásemos el castigo de nuestro señor y soberano, el Príncipe de los Creyentes [...]" [14]. Finalmente un hombre del extremo del pueblo, que había sido compañero de un general llamado Ibn Dahnûn, que había estado al servicio de Ibn Mardanîš y después de los almohades, habló con Ibn Mugâwir y enterado de quiénes eran los viajeros, tranquilizó a sus vecinos y les brindaron hospitalidad. Tras Petrer, Ibn Mugâwir siguió por la calzada hacia Onteniente y finalmente llegó a Játiva, su patria.

De este interesante texto queremos destacar la situación de los gazules, acampados en tiendas, en mitad del Valle del Vinalopó, río que marcó; desde el triásico, un profundo paso natural entre las antiplanicies manchegas y la costa del Mediterráneo y por donde los romanos trazaron la Via Augusta, que había tenido que abandonar su trazado-costero en la desembocadura del Júcar por las difíciles estribaciones montañosas que cubren lo que es hoy la provincia de Alicante. La calzada, romana y luego árabe, vuelve al Mediterráneo por el Valle, jalonado en época árabe por castillos: Villena, Sax, Petrer, Elda, La Mola de Novelda, Aspe y Crevillente, para llegar a Elche. Los habitantes de estas poblaciones fortificadas se guardaban temerosos de la presencia del grupo beréber, temiendo en el caso de Petrer que los gazules hubiesen sido enviados por los almohades para castigarlos, por su vinculación con Ibn Mardanîš , ya que sólo tres años antes, en 1172, el califa Abû Ya'qûb había tomado posesión del Vinalopó [15]. Pero esto no es así, porque el funcionario almohade, Ibn Mugâwir, siente el mismo temor reverencial ante las tiendas de los gazules, levantadas cerca de Crevillente. Hay que recordar que los gazules fueron masacrados por, los almohades en el Sûs en 1138, tras haberse rebelado contra ellos [16]. Posiblemente grupos de la tribu de los gazules llegarían a al-Andalus con los almorávides, de los que fueron aliados, pero la masacre magrebí y el triunfo almohade en la península los dejó en la triste situación en que nos los presenta Ibn Mugâwir, temidos por todos, acampados fuera de las poblaciones.

No tenemos, por ahora, más noticias de su suerte en crónicas literarias, pero la toponimia puede sugerirnos alguna pista. Dentro del término de Petrer, pero ya no en el Valle del Vinalopó sino en la Sierra del Caballo, con alturas de una media de 800 metros, hay una partida que lleva el nombre de Cachuli [17], que podría referirse a los Gazules, que terminaron refugiándose en las altas montañas, dado que su presencia en el valle tenía tal cantidad de enemigos [18]. De ser cierta esta hipótesis, nos encontraríamos con otra huella más de esta, tribu nómada en el al-Andalus del siglo XII: Catxola en el término de Finestrat, en la zona montañosa de la Marina Baixa alicantina. Y ya en el dominio de la lengua castellana, Cázulas en Granada, junto al Río Verde, también en la alta montaña [19]. Los hostiles y hostigados Yazûla se refugiaron en los riscos para poder sobrevivir seguramente como pastores de ganado menor.

Esta hipótesis nos permite llenar un vacío en la historia de Alcalá de los Gazules. Como en el Šarq al-Andalus y en Granada, grupos desperdigados de gazules buscaron las altas montañas para sobrevivir bajo los Almohades y lo hicieron en la comarca de la actual Alcalá de los Gazules, aunque no en la fortaleza de donde serían rechazados como en Petrer, pero sí en sus agrestes cercanías.

Cerca de Alcalá de los Gazules hay un lugar llamado actualmente Las Cobatillas y su etimología podría proceder de qubba. Nos preguntamos si esta qubba no se referiría a un edificio abovedado, depósito de agua etc., como sería el étimo, por ejemplo, de la Sierra de la Alcoba, sino que haría referencia a la qubba tienda de estos beréberes gazules [20]. Un repaso a las numerosas Cobatillas hispánicas nos muestra que están situadas en sierras, montañas y colinas más o menos altas y todas en el territorio que fue almohade, es decir, no hemos encontrado este topónimo en los territorios conquistados por los cristianos antes del siglo XIII :

Las Cobatillas de Alcalá de los Gazules, Las Cobatillas de la Sierra de la Zarza, entre Murcia, Granada y Almería, Cobatillas en la Sierra de Algaydón (Murcia). A menor altura, pero nunca en el llano, están: Cobatillas junto a Santomera en Murcia y otro lugar con el mismo nombre junto al Guadiato en Córdoba.

Con estos datos podemos suponer cómo fue la historia de esta tribu beréber en Al-Andalus: llegados con los almorávides, siguieron con su género de vida nómada, dedicándose a la depredación desde el momento en que fueron hostigados y retirándose luego a las montañas más altas, donde debieron de vivir hasta la conquista cristiana. De su presencia sólo quedó el recuerdo de su nombre y, tal vez, de su forma de vida en tiendas.

La derrota de Abd-al-Malik  

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En 1339 , Abd-al-Malik, el Abomeliquede las crónicas, comenzó a saquear las tierras andaluzas, en especial los términos de Jerez, Lebrija y Medina Sidonia. La reacción de los nobles y de los concejos de la zona pudo frenar estas peligrosas incursiones meriníes hasta derrotar estrepitosamente a los norteafricanos, muriendo el mismo Abomclique, en las inmediaciones de Alcalá, junto al río Patrite; cuando las tropas castellanas estaban en Arcos, supieron que el ynjhníe era passado de Xerez e que levana muchos ganados, e queyua por tomar el castillo de Alcalá delos Gazules, que dezía que un enaciado le aula dicho que gelo faría entregar 55;tras esta noticia, abandonaron Arcos e yendo por el camino, vinieron les Óncoomes de cavallo que eran de Alcalá de los Gazules e dixeron les que el ynfante Abomelique yva esta noche a dormir a la vega de Pagana, cerca del rrío de Patrire...-~. Según la tradición, en recuerdo de esta batalla surgiría el santuario dela Virgen de los Santos, patrona de nuestra villa ~.

 

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Yacimiento romano de la Mesa del Esparragal

Asentamiento de origen fenicio y romano, donde apareció el "Bronce de Lascuta" ,actualmente expuesto en el museo del Louvre en Paris, como primer escritura de origen latina en la península Ibérica, y en el que hoy se enseñorea una torre visigoda construida con restos romanos similares a los que abundan por toda la explanada.









Depositos romanos de la Salada

Los dos depósitos han sido recientemente excavados y puesto en valor como activos turísticos, datan del siglo II a.de Cristo y son a un tiempo depósitos, arcos de triunfo y basamento de un templo -dedicado a la divinidad del manantial, hoy desaparecido.





Casa del Cabildo

Se trata de un interesante edificio del siglo XVI, del período purista del Renamiento Español que destaca tanto por el contraste de colores y la superposición de órdenes arquitectónicas en su fachada como por su austeridad y solidez.




Iglesia Mayor Parroquial de San Jorge


Edificio constituido por sucesivas ampliaciones entre los siglos XVI Y XVIII a partir de la primitiva capilla construída sobre la mezquita musulmana. Actualmente la Iglesia tiene planta de cruz latina de 3 naves. Arquitectónicamente habría que catalogarla como gótica, aunque en lo concerniente a retablos predominan los barrocos -como el del altar mayor-. Conserva piezas de gran valor, como es el caso de un pedestal visigodo; un icono de San Sebastián del s. XII (Cavallini o Cimabuc); la Virgen del Rosario -primera obra conocida del genial Martínez Montañés-; el Cristo Yacente, ­atribuída a Juan de Mesa; una magnífica sillería coral -obra de Agustín de Medina y Flores en 1742-; el órgano -de Francisco Pérez de Valladolid-; una custodia del XVII realizada por Bartolomé del Castillo; además de otras pinturas, imágenes, libros corales y obras de orfebrería.


Convento de Santa Clara

Muy próximo a la Iglesia Mayor Parroquial de San Jorge se encuentra el antiguo Convento de Santa Clara, (XVI-XVII) originariamente convento de monjas de clausura y que hoy alberga las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia. Del primitivo edificio se conservan el claustro de galerías abiertas bajo arcos rebajados, que data del siglo XVII, así como la torre campanario de la desaparecida capilla.


Iglesia de San Francisco (Iglesia de la Victoria)






En la Alameda de la Cruz, próxima al Ayuntamiento se encuentra la Iglesia de San Francisco, popularmente conocida como de la Victoria, al formar parte del Convento por los frayles mínimos que fundaron tras su establecimiento en la población en el siglo XVII. Presenta planta de cruz latina y de entre sus imágenes destaca la de Jesús Nazareno, obra de José de Montes de Oca.

Convento de Santo Domingo

Fue fundado por los Enríquez de Ribera, Duques de Alcalá , en los primeros años del siglo XVI. Edificio tardogótico del siglo XVI, con iglesia de cruz latina y tres naves a la que en el siglo XVIII se le derrumbaron las naves del crucero y el ábside. Desamortizado en 1836, parte del convento se convirtió en viviendas mientras que la iglesia siguió abierta al culto hasta principios del siglo XX. Hoy ésta es de propiedad municipal y se trabaja en su conversión en espacio cultural.





Ermita-Santuario de Ntra. Sra. de los Santos




Edificio que, aunque su orígen constructivo se remonta al siglo XIV debe su actual traza al siglo XVII momento en el que con su estructura en torno al patio se subraya el carácter de ser además de casa de oración, casa de todos los alcalaínos. La capilla es de una sola nave presidida por el camarín de la Virgen.Es interesante señalar que en el Santuario se conserva la mayor y más interesante colección de ex-votos de Andalucia.




Restos del castillo y murallas musulmanas

Los restos del castillo se encuentran en los aledaños de la Plaza San Jorge. De él queda sólo un torreón, pues el edificio fue volado durante la Guerra de la Independencia. También queda en pie la Puerta de la Villa, aunque está muy reformada. El patio de armas del castillo ocupaba en la Edad Media el espacio en el que hoy se sitúa la Plaza de San Jorge. Horario de vista libre.




Los Pozos
Se trata de unas fuentes de origen árabe, exponente de la arquitectura popular alcalaína. Se denominan Pozo de "Arriba", Pozo de "Enmedio" y Pozo de "Abajo"




Fuente de la Salada


Situada en la calle Nuestra Señora de los Santos, en una de las laderas del monte Coracha. Es de origen romano y fue construida para aprovechar un manantial fortuito que apareció en la roca.





Puente Romano


Situado sobre el río Barbate junto al actual puente, quedan algunos restos.

La villa de Alcalá de los Gazules (Cádiz),  

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1. Introducción

En las páginas de este trabajo hemos intentado hacer un breve recorrido por la historia de la villa gaditana de Alcalá de los Gazules desde mediados del siglo xut a mediados del xv, desde los años en que pasó a formar parte del reino de Sevilla hasta su incorporación a los señoríos del linaje sevillano de los Ribera, titulares del Adelantamiento Mayor de la Frontera o de Andalucía U La escasez y naturaleza de los testimonios escritos que se han conservado de aquellos siglos medievales —básicamente, algunos documentos oficiales y menciones aisladas en las crónicas de la época— nos han impedido profundizar en un mayor conocimiento de la realidad histórica de esta villa andaluza, situada en la misma banda fronteriza con el reino nazarí. Es precisamente este carácter de marca fronteriza y de posición avanzada frente a los musulmanes de Granada el condicionante de sus rasgos más destacados, desde los continuos cambios jurisdiccionales que experimentó a lo largo de la Baja Edad Media hasta la orientación extensiva y ganadera de su economía. Así aparece citada en la Gran Crónica de Alfonso XI como Alcalá de los Ganzules (sic), que era el primer lugar de los cristiano&.. 2 Además, hay que considerar la posición excéntrica de Alcalá en relación a las vías de comunicación que desde la ciudad de Jerez se dirigían hacia el sur, al menos durante el siglo XIII~. En esta exposición hemos omitido las referencias al pasado prehistórico
y antiguo de nuestra villa y su término, si bien se trata de una zona de poblamiento continuo, a juzgar por la abundancia de los restos arqueológicos ~, desde útiles y materiales paleolíticos a necrópolis visigodas, pasando por el hallazgo del famoso bronce epigráfico, de comienzos del siglo it a. C., de la Tut-ris Laseutana, que ha dado pie a la hipótesis de la localización de la ciudad de Lascuta en las inmediaciones de Alcalá. Durante los siglos de dominio musulmán, la zona de Alcalá de los Gazules constituía un núcleo de población fundamentalmente bereber ~, sobre todo en las tierras más montañosas, hacia el este del término municipal actual. Administrativamente, las tierras de Alcalá estaban repartidas en época omeya entre las coras de Al-Yazirat al Jadra (Algeciras) y Shiduna (Medina-Sidonia) 6• Pero es en el periodo posterior a la muerte de Almanzor (1002) cuando encontramos normalmente citada a nuestra población con la denominación genérica de Alcalá7. Con la formación de los reinos de taifas, a partir de los comienzos del siglo xí, Alcalá llegó a ser integrada en el poderoso reino de Sevilla. Tras las invasiones norteafricanas de almorávides y almohades, formó parte de los pequeños estados de los reyezuelos vecinos de Jerez o Arcos, si bien en algunos momentos Alcalá debió mantener una cierta independencia de éstos >t El castillo de Alcalá de los Gazules, que ha sido calificado por A. Orozco como «alcázar con cerca», pertenece morfológicamente, o mas bien pertenecía, al estilo de construcción militar almohade ~. Sobre el nombre de nuestra villa, debemos señalar que tras su ocupaeton por las tropas castellanas fue conocida en documentos y crónicas simplemente como Alcalá, o bien como Alcalá Sidonia. Sólo con posterioridad se le añadiría cl calificativo «de los Gazulesa lO, nombre que en general ha sido relacionado con denominaciones de los guerreros musulmanes norteafricanos, bereberes o benimerines, aunque también algún autor ha señalado un origen estrictamente árabe al topónimo.

 

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2.1 Alcalá en el siglo XIII

Para comenzar, veamos la situación que, a mediados del siglo xíít, atravesaba el territorio dc la actual Andalucía, escindida entre las tierras que seguían en manos de los musulmanes y aquéllas que se estaban incorporando al mundo cristiano ante el empuje militar castellano. Es la época de las grandes conquistas protagonizadas por Fernando 111 de Castilla, proceso iniciado en los años 1224-1225 con la ocupación, o más bien la cesión por parte de su vasallo el reyezuelo de Baeza, de Andújar y Martos. A partir de entonces, el monarca castellano fue incorporando importantes ciudades hispano-musulmanas y grandes extensiones de tierras, aprovechando la descomposición política del al-Andalus almohade: Baeza, Jódar, Sabiote, la extensa zona tomada por el arzobispo de Toledo y que constituiria el adelantamiento de Cazorla, Ubeda, Santisteban, hasta culminar con la conquista de Córdoba en 1236, seguida de la ocupación de toda la sierra y campiña cordobesas 12 En 1 246 se produjo un acontecimiento diplomático de importantes consecuencias para la historia de Andalucía y de toda Castilla: el llamado op-acto de Jaén», cuando esta ciudad se encontraba prácticamente rendida a las tropas castellanas después de un prolongado asedio. Mediante este acuerdo, que conocemos únicamente por una breve noticia contenida en la Primera Crónica General 13, lbn Alhamar, antiguo señor de Arjona y de Jaén, entregaba «de derecho» la ciudad sitiada a Fernando III, se declaraba vasallo del rey castellano, con las obligaciones que este coínpromiso comportaba, y asumía el pago de 150.000 maravedíes anuales en concepto de parias. A cambio de todo ello, el caudillo Alhamar, que pronto sería el fundador de la dinastía naszari, aseguraba la posesión de los territorios que estaban bajo su control, es decir, aproximadamente las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería. El «pacto de Jaén» significó, por una parte, el nacimiento del último reíno hispano-musulmán, creándose el «verdadero pilar sobre cl que sc-asentaba la constitución del reino nazarí de Granada, con categoría de estado soberano al decidir su rey entregarse a Castilla como vasallo» 4, y cuya existencia se prolongaría hasta finales del siglo xv; en segundo lugar, la aparición de una amplia zona fronteriza entre Castilla y el futuro reino de Granada, poco precisada en los «sectores» sevillano y, sobretodo, gaditano. Como materialización del acuerdo de Jaén, la sumisión de Ibn Alhmar, que de enemigo babia pasado a ser su vasallo, fue aprovechada de inmediato por el monarca castellano para acometer la conquista de Sevilla (1248). Una vez tomada Sevilla en octubre de 1248,1as tropas castellanas se dirigieron hacia el sur, ocupando en los meses siguientes las poblaciones situadas en la zona de los ríos Guadalete y Barbate: Jerez, Medina Sidonia, Alcalá de los Gazules, Vejer, Santa María del Puerto, Cádiz, Arcos, Lebrija, Rota, Trebujena 16 El sistema más utilizado para la ocupación fue el de pactos pacíficos con los musulmanes de cada lugar, que así conservaron una amplia autonomía, aunque a veces tuvo que recurrirse a la guerra. En 1264 se produjo la revuelta general de los mudéjares, apoyados desde Granada por lbn Albamar, que en la comarca del Guadalete-Barbate triunfó plenamente, pasándose a cuchillo a las guarniciones castellanas ~ Ante esta situación, Alfonso X se vio obligado a conquistar en el mismo año de la rebelión, y esta vez por las armas, las poblaciones y territorios sublevados —Alcalá fue tomada el 23 de octubre ~—. Una vez vencidos definitivamente, los mudéjares fueron expulsados masivamente al reino de Granada o al norte de Africa. Los castillos que defendían directamente la vanguardia fronteriza —Medina Sidonia, Alcalá de los Gazules y Vejer— quedaron al margen del impulso repoblador: con toda seguridad, su escasa poblacion se limitaría a las guarniciones militares y posiblemente a algunos repobladores esporádicos. De 1269 data la constitución por Alfonso X de aquella irrealizable comunidad de pastos y aprovechamientos forestales para todo el reino de Sevilla, en la que se incluyeron a estas plazas de Alcalá, Medina y Vejer junto a Sevilla, Jerez, Arcos, Carmona, Niebla, Huelva y Gibraleón. Siguiendo la marcha de los acontecimientos, debemos señalar que los diez años de paz que siguieron a la revuelta mudéjar quedaron truncados bruscamente, en la primavera de 1275, con la primera de las invasiones de los benimerines, instalados por el rey de Granada en las bases de Algeciras, Tarifa y Ronda 20 Durante 1275 y 1277 se sucedieron los ataques de los norteafricanos al mando de su emir Abu Yusuf: además de vencer en varias ocasiones a las tropas castellanas, saquearon repetidamente diversas ciudades y villas andaluzas, especialmente los términos de Jérez, Córdoba y Sevilla. La principal fuente histórica para estos difíciles años, la crónica Raws-al-Qirtás 21, no registra ninguna conquista definitiva por parte de los benimerines; eí castillo de Alcalá, como los de las zonas vecinas, no pasó a manos de los musulmanes, aunque debió sufrir directamente, debido a su cercanía a las bases meriníes, el paso de los invasores 22 Alfonso X respondió a la presencia meriní con una operación conjunta por mar y tierra contra Algeciras, realizada durante los años 1278 y 1279, pero la falta de coordinación entre ejército y armada precipitó la derrota de los castellanos en el verano de 1279. Como consecuencia de este fracaso se firmó una tregua entre Alfonso X y los benimerines, que puso fin temporalmente a las hostilidades. Esta ocasión fue aprovechada por el rey de Castilla para fortalecer el sector fronterizo más vulnerable, es decir, el territorio situado en la misma línea de choque de las bases norteafricanas. En un espacio de tiempo inferior a veinte días hizo las siguientes concesiones a finales de 1279: — 10 de diciembre. Donación de Medina Sidonia y Alcalá de los Gazules a la Orden de Santa María de España, también conocida como Orden de la Estrella 22 — 14 de diciembre. Morón y Cote pasan a manos de la Orden de Alcántara. 15 de diciembre. Alfonso X donó Cazalla (Puebla de Cazalla) a la Orden de Santiago. — 31 de diciembre. La Orden de Santa María de España añadía a sus posesiones anteriores la heredad de Faraya, en término de Alcalá ~ Estas donaciones reales significaron un cambio de orientación importante en los objetivos y proyectos fundacionales de la Orden de Santa María de España. El privilegio rodado de 10 de diciembre contiene, por primera vez para la joven orden militar, la exigencia de un servicio de armas en tierra fronteriza (... y que fagan de ellos para syenpre guerra y paz por nuestro mandado y de los otros reyes que reynaren después de Nos en Casillía yen León), así como el fomento de la repoblación en los territorios cedidos por el rey 25 Para asegurarse de ello, Alfonso X especifica que en Medina Sidonia, ti la que cambia el nombre por Estrella, debía establecerse el convento mayor de la orden en la frontera del reino de Sevilla. Según Torres Fontes, el desastre de Algeciras y la pérdida casi total de la flota castellana hacían casi imposible continuar pensando en un-a orden militar dedicada exclusivamente a los hechos de la mar En el documento que nos interesa, el fechado en 10 de diciembre, se habla de Medina Sidonia y Alcalá como «villas y castillos», a pesar de la escasa población que desde 1264 debían tener ambos lugares. Un pasaje del documento hace referencia a los privilegios que las dos poblaciones recibieron dc Alfonso X tras su ocupación efectiva por las tropas castellanas: E otros¿ que el maestre y el convento sobredicho que guarden los frieron e las franquezas e los privillegios que Nos diemos a los pobladores de amos eslo.s dos lugares sobredichos y que les no tomen ni les enharguen sus heredamientos mientras tovieren poblados así como deben. Los privilegios concedidos a Alcalá no se han conservado, pero, si realmente se dieron, tuvieron que ser semejantes a los que recibió Medina Sidonia en enero de 1268 para favorecer su repoblación: iguales franquezas a sus pobladores que las que gozaba Sevilla, exención de diezmos y pechos reales, salvo moneda y yantar, y limitación de las obligaciones militares a la zona comprendida entre el Guadalquivir y el mar 27 Desde 1268 sc iniciaría en Medina Sidonia, y posiblemente también en Alcalá, un cierto impulso repoblador gracias a los privilegios otorgados por la Corona sólo cuatro años después de las repoblaciones llevadas a cabo en Arcos, Jerez o el Puerto 28 Sólo de esta manera se explicaría la transformación de Medina y Alcalá, que pasaron de ser simples puntos fortificados, situados en la misma línea de la frontera, a pequeños núcleos de población, que en 1279 ya merecían la calificación de «villas». Pero la primera entrada de Alcalá en señorío no pudo ser más efímera, pues en 1280 volvieron al realengo las tres plazas principales de la Orden de Santa María de España: Puerto de Santa María, Medina Sidonia y Alcalá 29 La Orden de Santa María desapareció al quedar integrada en la de Santiago tras el desastre de Moclín de 1280, en el que murieron el maestre y buena parte de 1-a caballería santiaguista. A los dos años, en 1282, Alcalá volvía a ser entregada en señorío al ser cedida por Alfonso X a Alfonso Pérez de Guzmán, el famoso Guzmán «el Bueno» 3»• Con la donación de Alcalá Sidonia, que es el nombre que aparece en el documento, el rey castellano recompensaba la decisiva intervención de Pérez de Guzmán en la formalización de la alianza con los benimerines, llevada a cabo entre 1281 y 1282, para hacer frente a la rebeldía del infante don Sancho 31 Sin embargo, al año siguiente Alcalá volvía de nuevo a la Corona al serle trocada a Pérez de Guzmán por los olivares de Monte-agudo, lugar cercano al Guadalquivir, en el término de Jerez 32 Siguiendo Barrantes Maldonado, el caballero sevillano estaba descontento con la donación de Alcalá por estar frontera de moros y aparejada para se perder e porque él se avía de yr a Africa e no podía dexar tan buen cobro en ella en tantos años comopensaba de estar; el cronista añade que Pérez de Guzmán dio al rey castellano algunas doblas por el trueque ~. Durante 1284 y 1285 Alcalá de los Gazules, al igual que otros muchos lugares del reino de Sevilla, se vio sometida a las continuas devastaciones que protagonizaron los benimerines desde la muerte de su reciente aliado, Alfonso X, en enero de 1284. El nuevo rey, el rebelde Sancho IV, se vio obligado, en la primavera de 1285, a romper el cerco que había impuesto Abu Yusuf a la ciudad de Jerez. El ejército meriní tuvo que replegarse hacia el sur, pero Sancho IV no pudo atacar a los hombres de Abu Tusuf debido a problemas de abastecimiento en sus tropas: E desque el Rey vio que non podía levar a

 

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2.2 Alcalá en el siglo XIII

aquella batalla, envio hastecer los castillos de I7ejer e de Medina Sidonia e Alcalá de los Gazules, e él óvose de tornarpara Sevilla ~. Por fin, en el otoño de 1285 se llegó a una tregua de cinco años, pagando el rey benimerín a Sancho IV «dos cuentos e medio» de maravedíes ~. Casi inmediatamente, en diciembre del mismo año, Sancho IV adopté una medida similar ala que llevó a cabo su padre en 1279: reforzarla primera línea de choque frente a los benimerines, formada por Vejer, Alcalá y Medina, cediéndola en bloque a la Orden de Santiago ~ Además, con esta donación el nuevo rey castellano recompensaba la decisiva ayuda que meses antes le había prestado la Orden de Santiago, con su maestre don Pedro Fernández de Mata a la cabeza, para romper el cerco que habían conseguido imponer los benimerines sobre Jerez 37. En el privilegio de donación, el rey de Castilla sólo se reservaba la moneda forera ejusticia, sy la ellos nofizieren, e mineras, ya que se cedía a la orden santiaguista, no sólo las tradicionales atribuciones territoriales y jurisdiccionales, sino también derechos que solían pertenecer a la Corona, como los derivados de los puertos de mar, las salidas o el patronato regio sobre las iglesias. En el documento se menciona también la creación de un convento en Alcalá y otro en Medina. El triángulo formado por las tres localidades, en la-avanzada de las defensas cristianas frente a Tarifa, Algeciras y Ronda, quedaba así coordinado bajo un mismo mando, cuya primera tarea sería la de fortalecer la repoblación, aprovechando la tregua vigente ~. Pero como ocurrto con la donación de Alfonso X, la de Sancho IV a la Orden de Santiago no se consolidé, debido a causas poco conocidas, pues a los pocos años las villas habían vuelto al realengo: en 1288 se efectué el primer repartimiento de tierras en Vejer por orden del rey, sin mencionar para nada a los caballeros santiaguistas, y lo mismo ocurre con la documentación de Medina Sidonia en los mismos años ~. R. Sánchez Saus considera la incidencia de varios factores para explicar el fracaso de las Ordenes Militares, y especialmente el abandono por parte de la de Santiago del proyecto de repoblación y defensa de la línea Vejer-Medina-Alcalá 4t5 Militares, tras la creación de las encomiendas de Morón, Osuna y Estepa, hacia la campiña sevillana. — La mayor eficacia y dinamismo mostrados, tanto en la defensa como en la repoblación de una zona inmediata al área de desembarco mariní, por el señorío laico, encarnado en figura tan excepcional como Alfonso Pérez de Guzmán. La mayor preocupación de las Ordenes Militares por la política interna del reino y por sus propios problemas institucionales. — Por último, es posible que instituciones tan poderosas como las Ordenes Militares enajenasen sus donadíos, faltas de un verdadero interés por unas tierras peligrosas y de escasa rentabilidad económica, por el mismo hecho de la falta de población. Al finalizar la tregua de 1291 se volvió a la guerra entre castellanos y marroquíes, pero en esta ocasión Sancho IV consiguió tomar una de las principales bases meriníes con la conquista de Tarifa, plaza clave en los desembarcos de los invasores africanos. Sancho IV contó en esta campaña con la alianza del rey de Granada, que a su vez tomó a los meriníes la plaza de Estepona. Sin embargo, la negativa del castellano a entregar al rey nazarí la recién conquistada Tarifa produjo una inversión de alianzas, con el acercamiento de granadinos y benimerines, que pronto se tradujo en el asedio que ambos ejércitos musulmanes sometieron en 1294 a Tarifa, cuya defensát había sido confiad-aa Alfonso Pérez de Guzmán 41 Inmediatamente, el rey castellano reaccionó organizando una flota para socorrer a Tarifa y reforzando el sistema defensivo y de abastecimiento de la frontera terrestre. Las cuentas de estas campañas de Sancho IV de 1294 se han conservado y han sido editadas por M. Gaibrois de Ballesteros 42; gracias a ellas podemos precisar la importancia de Alcalá en la organización defensiva de la zona del Estrecho. Los gastos destinados a la defensa de la frontera terrestre se elevaron en 1294 a 222Á326 maravedíes, de los cuales algo más de la quinta parte, 45170 maravedíes exactamente, correspondieron a Alcalá de los O-azules. Las villas vecinas de Arcos, Vejer y Medina Sidonia recibieron respectivamente 40.900, 36.664 y 23.352 maravedíes “a. La cantidad destinada a Alcalá se desglosa en las siguientes partidas: — Tenencia de don Alfonso Pérez Maravedíez 10.000 — Los tres jefes de los setenta peones 27.280 — Velas, montaraces, porteros, atalayadores 5.400 — Un requeridor 3.240 — Otros peones que cabalgarían fuera de la villa 250 Total 45.170 A esta cantidad habría que añadir los 3.000 maravedíes invertidos en la fábrica del castillo de Alcalá ~ Otro capítulo importante de gastos lo supuso el abastecimiento de la villa y castillo de Alcalá, realizado desde Jerez, consistente en 170 cahices de pan —150 para almacén y 20 para el concejo—, que en poco más de dos meses transportaron ocho recuas ~ En definitiva, todas estas cifras ponen de manifiesto la importancia estratégica que Alcalá de los Gazules tenía como punto avanzado en la línea fronteriza castellana, y más aún desde la conquista de Tarifa. La ocupación de Tarifa por los castellanos, uno de los principales jalones en la llamada «batalla del Estrecho», significó un considerable aumento de la seguridad para Vejer y su tierra, como lo evidencia el segundo repartimiento efectuado en 1293 46, pero no ocurrió lo mismo para los términos de Medina Sidonia y, sobre todo, de Alcalá, que seguirían siendo directamente fronterizos con las posiciones musulmanes 47 hasta las conquistas de Jimena y Castellar ya en el siglo xv y, especialmente, de la serranía dc Ronda hacia 1485 ~.

 

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3. Alcalá en el siglo XVI

En 1295 moría Sancho IV y comenzaba la regencia de la reina María de
Molina en nombre de su hijo, el futuro Fernando IV. Este período de mínoría
fue aprovechado por los reyes de Granada y Aragón, que se aliaron para
atacar en distintos frentes las posiciones castellanas. Sin embargo, en la zona
que nos interesa, -alrededor de Alcalá de los Gazules, no se produjeron cambios
apreciables debido, según M. A. Ladero, a dos motivos: el primero, indudablemente,
fue el abstencionismo marroquí, y el segundo, la defensa organizada
por Alfonso Pérez de Guzmán.
La situación se fue aclarando para Castilla con la firma de una tregua con
Granada en 1302, por la que Muhammad III renunciaba a las plazas que le
había prometido el pretendiente al trono castellano, Alfonso de la Cerda, es
decir, Medina Sidonia, Vejer, Tarifa y Alcalá de los Gazules, si bien siguieron
en su poder las plazas de la Alta Andalucía conquistadas entre 1296 y
1302: Quesada, Alcaudete, Castillo de Locubín y Bédmar. En 1304 se llegaba
a la paz con Aragón en Torrellas: Castilla perdía en favor de Aragón la
porción norte del antiguo reino de Murcia y Alfonso de la Cerda, como hijo
del primogénito de Alfonso X, renunciaba a sus derechos -al trono castellano

a cambio de una serie de señoríos con carácter hereditario, entre ellos el de
Gibraleón, más otras compensaciones económicas.
En 1309 se reanudó la guerra. En esta ocasión se formó una triple alianza
de castellanos, aragoneses y benimerines contra el reino de Granada. Fernando
IV consiguió conquistar Gibraltar en dicho año, pero se vio obligado a
levantar el cerco sobre la plaza de Algeciras. En 1310 se firmaba una paz con
Granada en condiciones muy favorables para Castilla, situación que se prolongaría
en la zona del Estrecho durante más de veinte años debido nuevamente
a la inactividad de los merinies, dueños de las ciudades de Algeciras y
Ronda.
A Los pocos meses de firmarse la paz con Granada, en julio de 1310, Fernando
IV volvía a sacar del realengo a Alcalá de los Gazules para cederla a
Alfonso Fernández de Córdoba ‘¼el fundador del linaje más importante del
reino de Córdoba y uno de los principales de toda Andalucía. La donación
se realizó a cambio de la obligación, por parte de Alfonso y sus sucesores, de
mantener al menos ciento cincuenta hombres de armas en la villa para nuestro
servicio y quefagan endeguerra si mester fizier Para ello Fernando IV escogió
a un experto defensor de la frontera frente a los musulmanes, señor de la
villa de Cañete por merced de Sancho IV, al que ya había recompensado anteriormente
en 1300 con la donación de una dehesa en la Sierra de Córdoba
~o. La cesión en señorío de Alcalá era completa y hereditaria, e incluso sc
detalla en el privilegio el orden de preferencias en la sucesión de Alfonso
Fernández de Córdoba. Sin embargo, parece que en la práctica el caballero
cordobés debió actuar como alcaide de la villa más que como verdadero señor
de la misma. Esta es la autorizada opinión de C. Quintanilla, que -añade
para confirmar su afirmación otras circunstancias como la inexistencia de noticias
sobre su función en Alcalá y el hecho de que saliese rápidamente de su
patrimonio, ya que no sela menciona en su testamento, otorgado el 25 de octubre
de 1327 5Q Una vez más, y no sabemos por qué causas ni desde qué
ano concreto, Alcalá volvía a integrarse en las posesiones de la Corona.
El largo período de paz que para la zona del Estrecho significó la tregua
de 1310 fue roto en 1333: en febrero de este año, Abd-al-Malik, hijo del
emir meriní Abu-l-Hassan, sitiaba la plaza dc Gibraltar Al llegar el verano,
Alfonso XI organizó un ejército para romper el cerco, pero estando ya cerca

de Jerez se supo que el alcaide de Gibraltar, Vasco Pérez de Meyra, la había
entregado a los benimerines. A pesar de ello, las huestes castellanas siguieron
su marcha hacia el sur, pasando por Alcalá de los Gazules el día de San
Juan 52, aunque no pudieron tomar la plaza recién perdida. En agosto de
1333 se firmaba una nueva tregua por cuatro años entre Alfonso XI, Abd-al-
Malik y el rey de Granada, que llegó a las inmediaciones de Gibraltar para
ayudar a sus aliados merinies. Alfonso XI volvió entonces a Sevilla, pasando
de nuevo por Alcalá de los Gazules ~, para hacer frente a las coaliciones nobiliarias
que tanto obstaculizaron sus actuaciones militares en la frontera.
De nuevo, la guerra volvería en 1339 y de nuevo Abd-al-Malik, el Abomelique
de las crónicas, comenzó a saquear las tierras andaluzas, en especial
los términos de Jerez, Lebrija y Medina Sidonia. La reacción de los nobles y
de los concejos de la zona pudo frenar estas peligrosas incursiones meriníes
hasta derrotar estrepitosamente a los norteafricanos, muriendo el mismo
Abomclique, en las inmediaciones de Alcalá, junto al río Patrite Ñ~; cuando
las tropas castellanas estaban en Arcos, supieron que el ynjhníe era passado de
Xerez e que levana muchos ganados, e queyua por tomar el castillo de Alcalá de
los Gazules, que dezía que un enaciado le aula dicho que gelo faría entregar 55;
tras esta noticia, abandonaron Arcos e yendo por el camino, vinieron les Ónco
omes de cavallo que eran de Alcalá de los Gazules e dixeron les que el ynfante
Abomelique yva esta noche a dormir a la vega de Pagana, cerca del rrío de Patrire...
-~. Según la tradición, en recuerdo de esta batalla surgiría el santuario de
la Virgen de los Santos, patrona de nuestra villa ~.
Los sucesos acaecidos entre 1339 y 1344, año este último de la conquista
de Algeciras, tuvieron escasas repercusiones en las poblaciones de la zona
del Estrecho. Como ha señalado M. A. Ladero, en aquellos años «lo que se
jugaba era un predominio militar y naval, más que territorial» ~ La guerra de
aquellos años, momento culminante de la «batalla del Estrecho», significó la
decadencia definitiva de los benimerines en suelo peninsular; en 1374, Gibraltar,
Ronda y Marbella fueron evacuadas por las últimas guarniciones meriníes,
devolviéndolas definitivamente al emirato nazarí. A partir de 1350,
tras el frustrado asedio de Gibraltar y la muerte de Alfonso Xl, se inicia un
dilatado período de paz ooficialo y estabilidad de más de cincuenta años, en
una frontera que volvía a ser compartida únicamente por castellanos y granadinos.
Volviendo a Alcalá de los Gazules, tenemos por estos años mediados del
siglo xtv la concesión por Alfonso Xl, en 1342, de un amplio privilegio para

los vecinos presentes y futuros de la villa 59. En primer lugar, exime del pago
de todo tipo de tributos de carácter territorial (infurción, martiniega, marzadga
u otros pechos similares) a los vecinos que tuviesen propiedades —algos—
fuera de Alcalá; en segundo lugar, quedaban exentos de pagar los tradicionales
impuestos sobre el tránsito de mercancías (portazgo, almojarifazgo, roda,
castillería, barcaje o peaje...) por las cosas que trageren para bastimento de la
dicha villa e paramantenimiento de los vecinosy moradores.
Estas franquezas estaban destinad-as a atraer nuevos pobladores a una villa
que por aquellas fechas debía estar todavía muy escasamente poblada.
Esta situación de fuerte déficit demográfico estaba generalizada en todas la
línea fronteriza con Granada, a la que Fernando IV y Alfonso Xl dedicaron
sus esfuerzos repobladores 60 Incluso existía esta misma problemática en las
tierras interiores de Andalucía, como lo pone de manifiesto la actividad repobladora
llevada a cabo en la primera mitad del siglo XIV, dirigida sobre
todo por la nobleza laica 61
Medina Sidonia, que probablemente era el principal núcleo de población
de~tquella comarca fronteriza, no tenía más de 150 vecinos a mediados del
siglo xív 62 Además, debemos considerar que el privilegio es otorgado por
Alfonso XI después de producirse la gran batalla del Salado (1340) y sólo
dos años antes de la conquista de Algeciras. Aunque no hemos podido comprobarlo
documentalmente, parece que a los pocos años después Alfonso XI
concedió en 1346 el título oficial de villa a Alcalá de los Gazules, calificada
como «muy noble, real e ilustre, por los eroicos esfuerzos y tenaz resistencia
de sus habitantes en los varios asedios que sufrió durante la dominación agarena
» ~. También conocemos del reinado de Alfonso XI -al alcaide de Alcalá
de los Gazules, Lorenzo Hernández de Villavicencio, hidalgo natural de
León que llegó a Jerez con el rey castellano, quien le nombraría alcaide y capitán
de Jerez y alcaide de Medina Sidonia y Alcalá, si bien no se conoce la
fecha exacta en la que este caballero desempeñó dicho cargo

Durante la tranquila segunda mitad del siglo xlv, -al menos en lo que a
guerra con los musulmanes se refiere, apenas existen noticias sobre Alcalá
de los Gazules. La entronización en Castilla de una nueva dinastía, a partir
de 1369, tendrá sus consecuencias para nuestra villa, pues a fines del siglo
xiv Alcalá formaría parte de los señoríos de don Enrique, duque de Medina
Sidonia, conde de Cabra y señor de Morón, que era hijo bastardo del primer
monarca Trastámara Enrique II. Según A. Collantes de Terán, este amplio
«señorío de persona real» fue uno de los últimos de su género que se constituiría
en tierras andaluzas 6t No sabemos en qué fecha exacta pasó a depender
del duque Enrique, nacido en 1377 66 pero, en cualquier caso, la vInculación
señorial desaparecería tras su muerte sin herederos en 1404. El
profesor Ladero apunta la posibilidad de que las protestas de los vecinos de
Medina Sidonia y Alcalá hubiesen puesto fin -al régimen señorial del duque
Enrique antes de su muerte, aportando el testimonio de las actas capitulares
de Jerez, recogido por J. Moreno de Guerra: Los de Alcalá enviaron a decir al
cabildo destu cibdad en miércoles dos de abril de MCCCCIII años y así mísmo
los de Medina Sidonia que enviaron sus cartas al rey nuestro señor que Medina
y Alcalá sean reales y de su corona que non las dé a otra persona ~
El único testimonio que poseemos de la relación del duque con Alcalá
consiste en una sentencia, dictada por don Enrique en 1395, sobre el pleito
que por motivo de términos enfrentaba a sus villas de Alcalá y Medina Sidoni-
a t>8• Fueron los procuradores de Alcalá, Ruy Martínez y Fernán Sánchez,
los que denunciaron a los vecinos de Medina por invadir con con sus ganados
unos prados cercanos al río Alamo. En el documento se señala que el
duque requirió de las dos partes la presentación de los antiguos padrones de
amojonamiento, y considerando que el que presentaba el procurador de
Medina había sido falseado, declaró a favor de Alcalá la resolución del
pleito.
El duque reconocía el derecho de los vecinos y moradores de Alcalá a
usar y aprovechar las tierras de pasto en litigio —los echos—, reservándose
para sí la propiedad. En la sentencia se recoge la presencia, como testigos,
de Juan Sánchez de Bivanco, alcalde mayor en los señoríos del duque, Gonzalo
García de Espinosa, alcaide dc Alcalá, Pero Benítez, antiguo alcaide de
la villa, y Juan Alfón de Sousa, alcaide de Medina. Estos eran los represenen
tantes inmediatos del duque en aquellas tierras, quien, a pesar de que la sentencía
dc 1395 fue dada en Alcalá, solía residir normalmente en Córdoba.
Al iniciarse el siglo xv, la villa de Alcalá debía conservar todas las características
que hemos visto en los siglos xííí y xlv: población muy escasa, dedicacíon
preferentemente ganadera, en un término en el que abundaban las zonas
de monte y baldíos, tal y como se recoge en el Libro de la Montería de Alfonso
Xl 69• La presencia de la misma línea de frontera en su término impidió su
consolidación como núcleo de población, a pesar de los sucesivos intentos de
señorialización por parte de los reyes castellanos. Para hacer frente a esta situación,
la monarquía intentó favorecer económicamente a nuestra villa, como
ocurría en general con otras poblaciones cercanas la frontera, concediéndole
algunos privilegios y franquicias. En este sentido podríamos destacar la exencion
por Juan II del pago de la alcabala de las cosas que hendieren de su labranza
e crianva de las dichas villas e sus términos en las cihdades e villas del arQohispado
de Seuilla e de los obispados de Córdoua e Jahén, e del esparto e ortaliza e frutas
que licuan a henderde las dichas villas al dicho ar~obispado e en los dichos obispados
~<>. Además, hay que tener en cuenta la vigencia, mantenida durante todo el
siglo xv, del privilegio otorgado por Alfonso Xl.
A veces, Alcalá de los Gazules fue designado como uno de los puertos exclusivos
en donde únicamente podían realizarse las transacciones comerciales,
en época de treguas, entre Castilla y el reino de Granada: en 1427 Alcalá fue
uno de los once opuertos secoso de-aquel año y el único que se concedió para
todo el obispado de Cádiz 7l~ En relacion con este mundo musulmán tan cercano
a Alcalá, podríamos citar la existencia de acuerdos fronterizos particulares
entre moros y cristianos situados a ambos lados de la frontera, que debieron ser
muy frectíentes durante los siglos de convivencia, como el que llevaron a cabo
ganaderos de Alcalá de los Gazules con los moros de la vecina población de
Cortes, mediante el cual estos últimos se comprometieron a guardar e defender a
los dichos hatos ide Alt-alá] e conos~edores e vaqueros dellasporque otros moros de
otras alquerías de aquella tierra no los cativaren nin hisiesen danno, pues que venían
a aquella tierrapor su hervaje 72
A partir de 1456, con la conquista definitiva de Jimena, que ya fue tomada
primeramente en 1431 ~ y en la que nuestra población jugó un destacado pa
pel, Alcalá perderá esta condición de avanzada ante los musulmanes de las
serranías rondeñas, aunque, en realidad, la presencia del mundo fronterizo
perdurará prácticamente hasta los años finales del reino nazarí ~‘<~ También
está documentada la activa participación de los vecinos de Alcalá, junto con
los de Medina y posteriormente los de Jerez, en los asedios dirigidos contra
Gibraltar por el duque de Medina Sidonia, don Juan de Guzmán, que culminaron
con la conquista de la plaza en el año 1462 ~ así como la participacíon
de vecinos alcalainos en la conquista de Ronda e incluso en la posterior
repoblación de las serranías rondeñas ~.
Durante la primera mitad del siglo XV Alcalá mantuvo su condición de villa
realenga. Sin embargo, no pudo evitar el impulso señorializador que,
partir de los años cuarenta de aquel siglo, protagonizaría el rey Juan II de
Castilla. En efecto, en 1441 Alcalá fue, de nuevo, cedida en señorío, en esta
ocasión al Adelantado de Andalucía Per Afán 11 de Ribera ~. A diferencia de
los anteriores intentos, el iniciado en 1441 va suponer la permanencia definitiva
de nuestra villa en el régimen señorial. Igual suerte tuvieron por los
mismos años las villas vecinas de Medina Sidonia, que, desde 1440, se integraría
en los estados del conde de Niebla; Tarifa, vinculada definitivamente a
los almirantes de Castilla a partir dc 1447,o Castellar, cedida en 1445 a Juan
de Saavedra.

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